¿Dirías que los tomates de ahora, saben igual que los de hace 50 años?
La opinión del estudiante:
(…) Las grandes empresas que controlan la industria alimentaria (y lo que terminamos comiendo) ven esto como la gallina de los huevos de oro. De cara a la galería, apoyan la alimentación natural y lanzan campañas publicitarias muy «ecologistas». Pero la realidad es que les sale mucho más rentable producir alimentos baratos, ultraprocesados y de pésima calidad. Y lo peor es que les importa un pepino vender este tipo de productos que perjudican nuestra salud. Me parece muy fuerte que estas empresas hagan su agosto a costa de la vida de los demás. ¡Menuda cara tienen!
Hoy en día, si quieres mantener una dieta equilibrada, tienes que estar pendiente de todo, leer etiquetas, investigar ingredientes… Es tan fácil caer en la trampa y acabar consumiendo productos llenos de conservantes. Y otra cosa que me da mucha rabia es el precio de los alimentos saludables. ¡Está por las nubes! Es muy injusto que muchas personas no puedan permitírselos. A veces tengo la impresión de que la industria alimentaria y farmacéutica están compinchadas para forrarse a costa de nuestra salud.
Por todo esto, creo que es necesario que tomemos cartas en el asunto y empecemos a dar más importancia a lo que comemos. Por suerte, últimamente se han puesto de moda los huertos urbanos, y muchas personas disfrutan cultivando su propia comida o apoyando a productores locales. Sin embargo, y hablo desde mi experiencia, nunca hay que bajar la guardia.
(…)
Para terminar, solo quiero decir que todas esas modificaciones en los alimentos me dan muy mal rollo. Obviamente, en algunos casos, como nutrir a los habitantes más pobres del planeta, pueden ser beneficiosas. Pero en otros, no puedo evitar estar con la mosca detrás de la oreja. Creo que, como sociedad, al meter tanta tecnología en la alimentación, estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.
Katarzyna, profesora de polaco.
Vocabulario que encontrarás en este vídeo sobre la nutrición:
Darse cuenta
Claro, es que si…
La mata del tomate
Agricultura masiva
Comida procesada
Ser consciente de algo
Conservantes
Colorantes
Aditivos
Se abre melón
Venga va…
Círculo vicioso
Saludable
Permitirse el lujo
Salir de la «matrix»
Todo está POR las nubes
Envoltorio
Es un «muchito»
Sobresaturado
La gallina de los huevos de oro
De cara a la galería
Importar un pepino
Hacer el agosto
¡Menuda cara!
Caer en la trampa
Tomar cartas en el asunto
Bajar la guardia
Dar mal rollo
Estar con la mosca detrás de la oreja
Tirar piedras en nuestro propio tejado
Ser unos vagos
Opiniones de los estudiantes sobre el tema del vídeo de hoy:
Me encantó. Es un tema polémico en muchos países. ¿Por qué consumimos comida de calidad mediocre si hay comida de alta calidad? ¿Por qué crecen los tomates en tubos de ensayo y no en la tierra? Pues como tú lo dices, es un círculo vicioso. La agricultura ya no puede ofrecer suficientes productos (verduras y frutas) para satisfacer a la demanda en el mercado.
Como la gente con menos recursos no puede permitirse comprar productos ecológicos, casi se ven obligados comer comida menos saludable pero más asequible. Sabiendo todo eso, ¿por qué seguimos comiendo esta comida «mala»? Porque es más fácil, más barato, somos un poco vagos y nuestra vida acelerada no nos permite buscar ingredientes que sean más saludables y menos caros. Y como tú has dicho, esta alimentación inapropiada va a tener consecuencias. Y serán graves. Solo es cuestión de tiempo. Ahí entra en el juego la industria farmacéutica que ofrece una solución para todo. Menos mal. Van de mano con la industria alimentaria que nos hace enfermos sin embargo, la industria farmacéutica nos libera de este mal y nos pone en otro círculo que se llama la dependencia de medicamentos.
Es un tema del que se podría hablar durante horas. ¿Cuál es la solución? Lo mejor sería cultivar nuestros alimentos en nuestro huerto. Obviamente no todo el mundo tiene un jardín, pero si uno tiene un huerto, lo mejor que puede hacer es sembrar semillas, regar las plantitas y cosechar las frutas y verduras. Para hacer eso va a necesitar dinero, tiempo, energía, pero merece la pena debido a que de esta manera siempre va a saber lo que está comiendo sin deber preocuparse por el origen o por la calidad de los ingredientes. Además, va a enterarse de que no todos los tomates son iguales, que su color varia incluso en la misma planta, que son ácidos en vez de dulces y siempre es así si crecen de manera natural. Su sabor es natural y su apariencia puede variar, habrá bonitos y también habrá feos. Todo eso es muy normal y natural.
Para ir cerrando, no olvidemos el factor de felicidad. Sembrar, regar, sacar la mala hierba es muchísimo trabajo, más si tienes un plato con las verduras que provienen de tu huerto o sea que son la fruta de tu paciencia, perseverancia, consistencia, eso ya es otro nivel. Eso se llama felicidad y orgullo.
Eszter. Profesora de húngaro.
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